El Turbine Car prestado a familias americanas empleaba gasóleo, queroseno ¡e incluso tequila! sin ajustes; las pruebas de tres años revelaron arranques instantáneos y pocas piezas móviles, pero el consumo alto frenó su producción.
¿Sabías que Chrysler fabricó 55 coches con motor de turbina en 1963?
